Hoy ha costado una barbaridad. De salida ya a los pocos metros notaba esa sensación extraña que no iba. Conforme iban pasando los kilómetros y me aproximaba a la zona de cuestas, la distancia entre mi mente y mi cuerpo se hacía cada vez más amplia, y mis pulmones para que contaros....
Los ritmos eran cómodos, pero ni así me sentía bien, no encontraba ese punto en el que tiras kilómetros sin parar y sin apenas sentirlo.
Ya al final con mucho sufrimiento he conseguido el objetivo del entrenamiento, sufriendo mucho pero obteniendo una gran recompensa cuando el gps dió la voz de alarma de que había llegado al objetivo que me había marcado.
Sigo acumulando kilómetros, cogiendo fondo y poco a poco iré mejorando tiempos, ahora eso no me preocupa demasiado.
Por cierto, hoy un poco más de frío que ayer, pero aún las temperaturas siguen siendo inmejorables para correr.
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